martes, 27 de mayo de 2014

El exilio desde adentro - Alexandra Matheus

Siguiendo el tópico del exilio y los venezolanos que, aunque no han emigrado, dan su opinión al respecto, le damos la bienvenida a este segmento a Alexandra Matheus, ingeniero mecánico residenciada en Caracas, Venezuela.
 
«Desde aquí se siente igual...»
 
Nombre: Alexandra Matheus
Edad: 30
Profesión: Ing. Mecánico
Nivel de estudios: Universitario
Lugar de nacimiento: Caracas
País de residencia: Venezuela
 
¿Qué opinas acerca del fenómeno migratorio en Venezuela? 
Por muy triste que suene, no es sorprendente que el número de venezolanos que emigran (profesionales o no), esté aumentando considerablemente durante los últimos años. Estamos en un país donde la calidad de vida del venezolano ha disminuido de manera alarmante. Algunos se acostumbran, otros no, y es por eso que prefieren salir en búsqueda de mejores oportunidades y una mejor calidad de vida, aunque implique dejar familia y amigos y trabajar en un área diferente a la suya. Sin embargo, si seguimos siendo sinceros, desde hace ya varios años tenemos profesionales que no ejercen debido a que sus conocimientos no son bien remunerados en éste país.

¿Consideras que es beneficioso o perjudicial para Venezuela?
Es perjudicial si el que se va es quien está acostumbrado a trabajar. Aún quedamos algunos de ésta especie en el país, pero en el momento que podamos, o que definitivamente perdamos las esperanzas sobre la recuperación ya casi utópica de Venezuela; en ese momento lo que va a quedar es un país sin mano de obra, ni profesionales, ni gente dispuesta a luchar por sus derechos. Venezuela se convertirá en «Zombilandia».

Durante los últimos 15 años, ¿has tenido que despedir a familiares y/o amigos que se han marchado de Venezuela?
«¡Buff!», si te los cuento con los dedos, tendría que pedir varias manos prestadas.

¿Mantienes el contacto con ellos? ¿Qué opinas acerca de su decisión de emigrar?
Gracias a la tecnología y a la cantidad ya casi absurda de redes sociales, tengo la dicha de mantenerme en contacto con ellos de una manera regular, para mí fue lo mejor que pudieron haber hecho, y a los que tienen la nostalgia y las ganas de regresar, les pido que si lo hacen, lo hagan de visita.
 
¿Cómo está siendo la experiencia de vivir en Venezuela cuando una parte importante de la juventud desea irse del país?
Yo vivo enfocada es en el futuro de mi chamo (hijo), lo veo más desde el punto de: «¿Y ahora? ¿Qué va a quedar? ¿Qué le puedo ofrecer?», que desde el punto de pensar en las razones de por qué la juventud quiere irse, o de si logran hacerlo. Nos vamos quedando solos, sí, pero no es sorpresa para quienes sabemos lo que queremos.

¿Te plantearías irte de Venezuela?
En eso estoy.

¿Crees que la idea de emigrar y elaborar un plan migratorio resulta fácil encontrándote en Venezuela? 
No, y menos con las trabas que te pone la burocracia y los entes gubernamentales de éste país para otorgar divisas, que resulta ser un dinero que te pertenece, que no te lo están regalando. Cada vez más se va complicando la posibilidad de salir de aquí en buenos términos.
 
¿Vives con cierta frustración la actual situación venezolana? ¿Sientes impotencia y ganas de hacer algo por el país?
Eso es como cuando ves a tu mejor amig@ justificando que lo traten mal y defendiendo al agresor. Claro que llena de impotencia, de frustración, de tristeza, te deprimes, pero no solo por pensar en las injusticias, sino de ver cómo algunos se dejan.

¿Hubieses pensado verte en esta situación hace algunos años?
Desde 1999 supe que no iba a ser fácil, ahora veo que es imposible. No, nunca quise salir de mi país, tomé la decisión de dar a luz aquí porque pensaba que si nos quedábamos trabajando duro algo mejoraría, pero unos pocos, a veces somos insuficientes para pelear con tantos frentes, uno más hostil que otro.

Por último, un mensaje dirigido a los venezolanos que han emigrado:
Desde aquí se siente igual.-

martes, 20 de mayo de 2014

[Testimonios] Venezolanos en el exterior - Guillermo Ollarves

En esta nueva entrega de No Hay Fronteras, recogemos el testimonio de Guillermo Ollarves, joven venezolano que actualmente reside en Irlanda y nos cuenta cómo está siendo su experiencia en ese país.


«...Al final, el viaje del emigrante es un cambio más perdurable en el tiempo y si, como dice el adagio árabe: «el viaje es la victoria», entonces convertirse en ciudadano del mundo y abrirse el mundo es la conquista definitiva».




Blessington's Basin

Nombre: Guillermo Ollarves.
Edad: 29 años.
Profesión: Ingeniero de Materiales.
Nivel de estudios: Universitario.
Lugar de nacimiento: Caracas, Venezuela.
País de residencia: Irlanda.
 
¿Cómo nace la idea de emigrar?
La idea de emigrar fue producto de varias circunstancias, principalmente porque mi prometida estaba viviendo en Dublín desde marzo del 2013. Adicionalmente, me había dado cuenta que en Caracas sólo estaba desplazándome de la casa al trabajo y del trabajo a la casa, lo cual se convirtió en una rutina peligrosa para mi salud física y mental, debido a que la situación económica no favorecía la realización de ninguna actividad extra.
Así que, literalmente, sin pensarlo dos veces, compré un pasaje en enero de este año, a pesar del costo, y en menos de 3 meses planifiqué mi viaje hacia Dublín.

¿Trabajabas en el momento de tomar la decisión de marcharte?
Sí, ejerciendo un cargo como ingeniero en una compañía trasnacional. Es lo que ayudó a pagar los gastos antes del viaje y de apenas la adquisición del cupo de viajero -lo único con lo que contaba para irme-.
 
¿Te costaba encontrar trabajo en tu área? ¿Eran buenas las condiciones económicas?
Como mencioné anteriormente, estaba trabajando y puedo considerarme afortunado por haber conseguido un trabajo desde antes de haber obtenido mi título universitario.
Para ser un trabajo de principiante, la paga en comparación con el mercado era adecuada -no coincidía con el valor del salario según el tabulador del Colegio de Ingenieros, ni lo hacía al momento de renunciar a la empresa-, pero era de las ofertas más altas en el mercado venezolano. Aún así, como comenté arriba, el salario y el paquete completo (incluyendo las deducciones) me dejaban en paupérrimas condiciones económicas. En resumidas cuentas, el salario neto que me quedaba, si quería ahorrar alrededor del 15% de mi quincena, podría ir desde los Bs. 400 a los Bs. 900.
 
¿Cómo está siendo la experiencia de vivir y trabajar fuera de Venezuela?
Actualmente me encuentro estudiando inglés en Dublín y con perspectivas de encontrar trabajo casual o formal, en una especie de actitud de «lo que salga». Pero desde que estoy aquí, he realizado diversas actividades deportivas, turísticas y recreativas, casi a frecuencia diaria, además de la académica y de la caza de empleo. Toda esta actividad me ha levantado anímicamente. Y desde la nueva perspectiva que tengo, al menos me permite desarrollar mejor una idea de futuro personal, profesional y familiar bien sea aquí o en otra ubicación donde pueda establecerme.
 
¿Consideras que las condiciones, tanto laborales como sociales,  son mejores en tu actual lugar de residencia?
Apenas tengo un mes aquí, pero sin duda, al haber retomado actividades que había dejado de hacer en Venezuela, tales como: salir a la calle a las 10PM y regresar a las 2, 3 o 4AM sin el terror a ser atracado violentamente o secuestrado, jugar fútbol más a menudo, salir en bicicleta por las calles de la ciudad, hacer picnics en parques, salir a leer en parques y cafés, ir a ver algún evento deportivo en un local con amistades y compañeros, viajar a zonas aledañas a la ciudad, por mencionar algunas; me hacen convencerme que mi calidad de vida ha mejorado sustancialmente.
En cuanto a trabajo, aún no puedo decir nada.
 
¿Echas de menos Venezuela? Si es así, ¿qué es lo que más añoras?
No. Al menos aún nada. Y por irónico que suene, a mi madre y mi tía que son las personas con quienes vivía en Venezuela y que por mi afecto familiar son las únicas personas que me hacen falta, a pesar de la distancia y separación, las veo a menudo por Skype y la tranquilidad que denotan con el simple hecho que no se amargan con mis salidas a la calle o al trabajo inclusive, me recuerda que tampoco extraño ese drama constante y muy bien entendido por parte de ellas.

¿Qué es lo que más te gusta de tu actual lugar de residencia?
Para empezar, que estoy haciendo por primera vez mi vida en pareja con mi prometida y que a pesar de las advertencias sobre las dificultades de superar el primer mes de convivencia, creo que lo hemos hecho muy bien.
Otro detalle, la amabilidad del irlandés echa por tierra toda preconcepción sobre aquello de que nunca se encontrará gente tan hospitalaria como el venezolano. Y eso me encanta, que haya pueblos en el mundo en donde sean hospitalarios y amables o cálidos a pesar de las latitudes, me infunde mucha alegría el abrirme a las nuevas culturas.
Por otro lado, por lo poco que he visto y que siempre me ha llamado tanto la atención de Europa es que, a pesar de no ser una tierra rica y diversa en recursos naturales, ¡qué países tan verdes y qué paisajes! Y admito que Irlanda posee una naturaleza increíblemente bella a mis ojos.
Quizás más adelante te pueda decir con mayor certeza que es lo que más me gusta de Irlanda como tal.
 
¿Y lo que menos te gusta?
Voy a ser puntual con cosas que en este poco tiempo he notado:
Comida muy costosa y habitaciones de poca calidad costosas también. Mucha ludopatía y alcoholismo, que en principio es hasta simpático, pero supongo que con el tiempo puede llegar a ser molesto.
A nivel laboral, por experiencias ajenas, parece que hay muchos irlandeses que se aprovechan de las necesidades económicas de las personas para volverse extremada y ridículamente demandantes.
 
Si las cosas estuvieran mejor ¿te plantearías volver a Venezuela?
Dependiendo de las condiciones que logre alcanzar aquí o en cualquier otra parte.
No confío mucho en nuestra idiosincrasia, por lo que en una eventual mejora se requerirá el triple del esfuerzo por reeducarnos como sociedad y recuperar el aparato productivo debido a que se deberán evitar los escollos burocráticos que por cultura tenemos instalados como un chip y la verdad no se si cuente con la fortaleza humana para hacerlo.
 
¿Consideras positiva tu experiencia actual?
Sí, es un riesgo en el que estoy ganando mucho mental, social y físicamente, e independientemente de los «perder», creo que es una experiencia muy trascendente para olvidarla fácilmente y no obtener nada de ella.
 
¿Vives con cierta frustración la actual situación venezolana? ¿Sientes impotencia y ganas de hacer algo por Venezuela desde tu actual residencia?
Constantemente, sobre todo por la familia y las pocas amistades que a uno le quedan allá. Sí quiero ayudar desde donde esté, he coqueteado con algunas ideas, pero al final sigo en nada.

¿Hubieses pensado verte en esta situación hace algunos años?
No, la verdad hasta hace 4 años tenía una perspectiva muy chovinista, al punto que hoy debo callarme ante mi intempestiva salida del país.

Por último, un mensaje dirigido a quienes están pensando en la posibilidad de emigrar:
Tengo poca experiencia en este proceso, pero la verdad es que una vez que uno abre esta puerta, si bien se termina regresando al lugar de origen, es un viaje que te marca de por vida. No es mentira que te enseña una tolerancia increíble durante ese proceso de querer y convertirte en ciudadano del mundo. Y para lograr este objetivo, debe haber muchos caminos, pero la honestidad y legalidad siempre permitirán ser mejor recibidos allá donde se vaya, al final el viaje del emigrante es un cambio más perdurable en el tiempo y si como dice el adagio árabe: «el viaje es la victoria», entonces convertirse en ciudadano del mundo y abrirse el mundo es la conquista definitiva. ¡Vamos a ver! .-

martes, 13 de mayo de 2014

El exilio desde adentro - Salvador Suniaga

En esta nueva entrega de No Hay Fronteras, damos inicio a la sección "El exilio desde adentro" que reúne las opiniones de venezolanos que no han emigrado pero que hacen un breve análisis de la actual situación migratoria del país y las posibles consecuencias que podría acarrear el fenómeno migratorio en Venezuela.

Hoy recogemos el testimonio de Salvador Suniaga, quien reside en Caracas.

«...Lo único beneficioso que podría tener es que cada venezolano en el extranjero es un embajador honorario de Venezuela. Si en algún momento Venezuela retoma su rumbo, estos contactos y experiencias foráneas serán muy significativos».

 
Nombre: Salvador Suniaga
Edad: 29
Profesión: Ingeniero Mecánico
Nivel de estudios: Universitario
Lugar de nacimiento: Caracas
País de residencia: Venezuela

¿Qué opinas acerca del fenómeno migratorio en Venezuela? 
Aunado al despilfarro petrolero, es la peor tragedia en cuanto a dilapidación de recursos que ha ocurrido en el país. Esto, sin incluir el trance -siempre doloroso- de abandonar la propia tierra para convertirse en un extranjero de por vida.

¿Consideras que es beneficioso o perjudicial para el país?
A todas luces es perjudicial. Porque, además del talento que emigra, lo que va quedando en el país es lo más representativo de la miseria y decadencia. Así las cosas, se estimula un círculo vicioso de emigración ya que no hay oportunidades de superación ni identificación con la forma de pensar de la mayoría de la población venezolana. Mientras más venezolanos preparados se van, más se desequilibra la balanza de gente valiosa en el país. Mientras más se desequilibra esta balanza, más empeoran las condiciones y aumentan mucho más los deseos de emigrar de los talentos que aún permanecen.

Aún así, lo único beneficioso que podría tener es que cada venezolano en el extranjero es un embajador honorario de Venezuela. Si en algún momento Venezuela retoma su rumbo, estos contactos y experiencias foráneas serán muy significativos. Sería estupendo aprovechar todo ese conocimiento y circunstancias en una sociedad que ya haya salido del atavismo y que anhele avanzar.

Durante los últimos 15 años, ¿has tenido que despedir a familiares y/o amigos que se han marchado de Venezuela?
Sí. Familiares y amigos.

¿Mantienes el contacto con ellos? ¿Qué opinas acerca de su decisión de emigrar?
Sí, mantengo el contacto. Opino que ha sido una excelente decisión, a pesar de los difíciles compromisos que implica.

¿Cómo está siendo la experiencia de vivir en Venezuela cuando una parte importante de la juventud desea irse del país?
Bastante difícil. Se vive una distopía, un estancamiento. Venezuela, a la usanza de Cuba, se va congelando lentamente en materia de emprendimiento (de verdadero emprendimiento, de ese que surge del ingenio, no de la dificultad económica). El país va perdiendo respeto, forma, identificadores, referencias, credibilidad. Se siente como una suerte de nación en transición, una masa geopolítica amorfa y cada vez más difuminada, orientada hacia un decidido cataclismo.

¿Te plantearías irte de Venezuela?
Sí.

¿Crees que la idea de emigrar y elaborar un plan migratorio resulta fácil encontrándote en Venezuela? 
Cada vez se hace más difícil. El control estatal invade los espacios de decisión personal, a través de decisiones económicas que justamente persiguen ese propósito. La espiral económica descendente rebaja el poder adquisitivo del ciudadano, los pasajes aéreos son muy costosos, no hay tasa de cambio oportuna y libre, la gestión y legalización de documentos es engorrosa. Y a todo esto  hay que agregarle los requisitos que dependen del país al cual se quiere emigrar.

¿Vives con cierta frustración la actual situación venezolana? ¿Sientes impotencia y ganas de hacer algo por el país?
Sí, y no pocas iniciativas individuales han surgido a causa de las presentes circunstancias. Ante la opresión sistemática de libertades y la indiferencia de las instituciones, el ciudadano ha tenido que reajustar el Contrato Social, de tal forma que además del comportamiento cívico esperado tiene que asumir responsabilidades que le corresponderían al Estado. El ciudadano, además de ser uno, también es policía, seguro social, canal informativo. El peso es muy grande y agotador.

¿Hubieses pensado verte en esta situación hace algunos años?
Desde la llegada del «Socialismo del Siglo XXI» sabía que sería inexorable. Antes de ello, no.

Por último, un mensaje dirigido a los venezolanos que han emigrado:
Deben recordar que cuando se sientan extranjeros en otra tierra la decisión de irse comenzó al sentirse extranjeros en tierra propia. Sin embargo, no desdeñen de su gentilicio. Tienen la oportunidad de demostrar lo que un venezolano, en su inclemente rapidez y creatividad típicas, es capaz de hacer en condiciones ideales.-

martes, 6 de mayo de 2014

[Testimonios] Venezolanos en el exterior - Carlos Moreira

En esta nueva entrega de No Hay Fronteras, recogemos testimonios de venezolanos que se han radicado en el exterior y que quieren dejar huella de sus experiencias, sus impresiones, sus miedos, sus esperanzas y sus vivencias lejos del país de origen.
 
Esta semana inauguramos esta sección con el joven Carlos Moreira, quien reside en Portugal.
 
«Siento que lo único difícil de emigrar es dejar todo atrás, pero no me arrepiento de haberlo hecho...»
 

Fotografía de la vista panorámica desde la residencia de Carlos.

 
Nombre:  Carlos Luis Moreira Da Costa
Edad:  24
Profesión: Chef de Pastelería – Cocina Internacional
Nivel de estudios:  Carrera Universitaria
Lugar de nacimiento:  Caracas, Venezuela.
País de residencia:  Portugal
 
¿Cómo nace la idea de emigrar? 
Pues, creo que principalmente nace con la idea de querer mejoras personales en el área de trabajo, así como también en lo que respecta a seguridad y salud.

¿Trabajabas en el momento de tomar la decisión de marcharte?
Sí, me encontraba trabajando pero decidí irme y pensé que antes debía organizarme y llevar a cabo un plan para emigrar de forma satisfactoria.

¿Te costaba encontrar trabajo en tu área? ¿Eran buenas las condiciones económicas?
En realidad, no era muy difícil encontrar trabajo en mi área, el problema era la situación del país y al mismo tiempo las condiciones económicas, que no eran las más atractivas.

¿Cómo está siendo la experiencia de vivir y trabajar fuera de Venezuela?
Un poco difícil, no voy a mentir, es extremadamente doloroso dejar una vida atrás, así sean solo 20 años, dejar a tu familia, a tus amigos y todo lo que conoces para sumergirte en una aventura nueva al otro lado del mundo. Siento que el trabajo es igual, quizás por el área en la que me desenvuelvo, sin embargo creo que he tenido la suerte de contar con personas amigables dentro del ambiente laboral tanto en Venezuela como aquí, en Portugal

¿Consideras que las condiciones, tanto laborales como sociales, son mejores en tu actual lugar de residencia?
Sí. En el área laboral siento que podría mejorar, como todo, pero en comparación a las condiciones que me ofrecieron en Venezuela en su oportunidad, puedo decir que hay una gran diferencia. En cuanto al aspecto social, siento que no hay nada mejor que poder salir a la calle a la hora que quieras, vestido como quieras, sin tener que estar mirando siempre hacia atrás a ver si te están siguiendo, siempre con el miedo que se vivía en Caracas. La seguridad es algo que no tiene valor monetario y aquí en Portugal la tengo sin límite.

¿Echas de menos Venezuela? Si es así, ¿Qué es lo que más añoras?
Yo siento que no extraño a Venezuela; sin embargo, extraño a las personas y los recuerdos que hice estando allá. Desearía que mi familia y amigos pudieran estar aquí, viviendo la paz y la tranquilidad y no en el horror que se vive a diario actualmente en Venezuela.

¿Qué es lo que más te gusta de tu actual lugar de residencia?
Sin duda alguna, la tranquilidad. Como dije antes, no existe para mí nada mejor que dejar de sentir esa preocupación de qué pasará si sales después de tal hora, o lleves algo que llame mucho la atención, o no poder sacar el teléfono en la calle.

¿Y lo que menos te gusta?
La soledad. De por sí no soy una persona que hace amigos fácilmente y creo que eso ha sido lo más difícil desde que llegué.

Si las cosas estuvieran mejor ¿te plantearías volver a Venezuela?
«Nunca digas nunca», quién sabe, el tiempo cambia muchas cosas. En estos momentos, no estoy seguro.

¿Consideras positiva tu experiencia actual?
En su mayoría, sí.

¿Vives con cierta frustración la actual situación venezolana? ¿Sientes impotencia y ganas de hacer algo por Venezuela desde tu actual residencia?
Sí, bastante. Creo que no hay nada peor que ver a tus amigos y familiares pasar trabajo y malos ratos casi todos los días y sentirte completamente impotente al ver lo que está pasando y no poder hacer nada.

¿Hubieses pensado verte en esta situación hace algunos años? 
Desde hace unos 8 a 9 años siempre tuve la idea de salir del país planteada como una opción, pero creo que nada ni nadie nos prepara para lo que pasa cuando das ese «salto al vacío».

Por último, un mensaje dirigido a quienes están pensando en la posibilidad de emigrar:
Siento que lo único difícil de emigrar es dejar todo atrás, pero no me arrepiento de haberlo hecho, estoy en una situación en la que siento que en Venezuela nunca hubiera podido estar. La seguridad, la paz, la tranquilidad, los buenos salarios y una buena y próspera vida es lo que existe afuera. Es bastante difícil al comienzo, en especial si emigras solo, como lo hice yo, pero poco a poco el tiempo lo va haciendo más fácil. Así que si tienen la oportunidad y sienten que lo pueden hacer, háganlo, es una experiencia incomparable.-