martes, 13 de mayo de 2014

El exilio desde adentro - Salvador Suniaga

En esta nueva entrega de No Hay Fronteras, damos inicio a la sección "El exilio desde adentro" que reúne las opiniones de venezolanos que no han emigrado pero que hacen un breve análisis de la actual situación migratoria del país y las posibles consecuencias que podría acarrear el fenómeno migratorio en Venezuela.

Hoy recogemos el testimonio de Salvador Suniaga, quien reside en Caracas.

«...Lo único beneficioso que podría tener es que cada venezolano en el extranjero es un embajador honorario de Venezuela. Si en algún momento Venezuela retoma su rumbo, estos contactos y experiencias foráneas serán muy significativos».

 
Nombre: Salvador Suniaga
Edad: 29
Profesión: Ingeniero Mecánico
Nivel de estudios: Universitario
Lugar de nacimiento: Caracas
País de residencia: Venezuela

¿Qué opinas acerca del fenómeno migratorio en Venezuela? 
Aunado al despilfarro petrolero, es la peor tragedia en cuanto a dilapidación de recursos que ha ocurrido en el país. Esto, sin incluir el trance -siempre doloroso- de abandonar la propia tierra para convertirse en un extranjero de por vida.

¿Consideras que es beneficioso o perjudicial para el país?
A todas luces es perjudicial. Porque, además del talento que emigra, lo que va quedando en el país es lo más representativo de la miseria y decadencia. Así las cosas, se estimula un círculo vicioso de emigración ya que no hay oportunidades de superación ni identificación con la forma de pensar de la mayoría de la población venezolana. Mientras más venezolanos preparados se van, más se desequilibra la balanza de gente valiosa en el país. Mientras más se desequilibra esta balanza, más empeoran las condiciones y aumentan mucho más los deseos de emigrar de los talentos que aún permanecen.

Aún así, lo único beneficioso que podría tener es que cada venezolano en el extranjero es un embajador honorario de Venezuela. Si en algún momento Venezuela retoma su rumbo, estos contactos y experiencias foráneas serán muy significativos. Sería estupendo aprovechar todo ese conocimiento y circunstancias en una sociedad que ya haya salido del atavismo y que anhele avanzar.

Durante los últimos 15 años, ¿has tenido que despedir a familiares y/o amigos que se han marchado de Venezuela?
Sí. Familiares y amigos.

¿Mantienes el contacto con ellos? ¿Qué opinas acerca de su decisión de emigrar?
Sí, mantengo el contacto. Opino que ha sido una excelente decisión, a pesar de los difíciles compromisos que implica.

¿Cómo está siendo la experiencia de vivir en Venezuela cuando una parte importante de la juventud desea irse del país?
Bastante difícil. Se vive una distopía, un estancamiento. Venezuela, a la usanza de Cuba, se va congelando lentamente en materia de emprendimiento (de verdadero emprendimiento, de ese que surge del ingenio, no de la dificultad económica). El país va perdiendo respeto, forma, identificadores, referencias, credibilidad. Se siente como una suerte de nación en transición, una masa geopolítica amorfa y cada vez más difuminada, orientada hacia un decidido cataclismo.

¿Te plantearías irte de Venezuela?
Sí.

¿Crees que la idea de emigrar y elaborar un plan migratorio resulta fácil encontrándote en Venezuela? 
Cada vez se hace más difícil. El control estatal invade los espacios de decisión personal, a través de decisiones económicas que justamente persiguen ese propósito. La espiral económica descendente rebaja el poder adquisitivo del ciudadano, los pasajes aéreos son muy costosos, no hay tasa de cambio oportuna y libre, la gestión y legalización de documentos es engorrosa. Y a todo esto  hay que agregarle los requisitos que dependen del país al cual se quiere emigrar.

¿Vives con cierta frustración la actual situación venezolana? ¿Sientes impotencia y ganas de hacer algo por el país?
Sí, y no pocas iniciativas individuales han surgido a causa de las presentes circunstancias. Ante la opresión sistemática de libertades y la indiferencia de las instituciones, el ciudadano ha tenido que reajustar el Contrato Social, de tal forma que además del comportamiento cívico esperado tiene que asumir responsabilidades que le corresponderían al Estado. El ciudadano, además de ser uno, también es policía, seguro social, canal informativo. El peso es muy grande y agotador.

¿Hubieses pensado verte en esta situación hace algunos años?
Desde la llegada del «Socialismo del Siglo XXI» sabía que sería inexorable. Antes de ello, no.

Por último, un mensaje dirigido a los venezolanos que han emigrado:
Deben recordar que cuando se sientan extranjeros en otra tierra la decisión de irse comenzó al sentirse extranjeros en tierra propia. Sin embargo, no desdeñen de su gentilicio. Tienen la oportunidad de demostrar lo que un venezolano, en su inclemente rapidez y creatividad típicas, es capaz de hacer en condiciones ideales.-

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