viernes, 27 de junio de 2014

Yo tengo una orilla - Cinzia Ricciuti

Yo tengo una orilla

La casa
se ahueca
los estantes se vacían
mientras las montañas de cosas
que pueblan el piso
esperan cajas
esperan nido.


Las mudanzas huelen a desnudo
las mudanzas son todo lo que te quieres ir
todo lo que te quieres quedar.
Tristeza dentro de la alegría
alegría dentro de la tristeza.


(Vamos,
Cinzia,
que igual esta casa
lleva años de rebeldía
esta casa te quiere no te quiere te quiere no te quiere
esa fue la trampa.
Casa deshojada casa margarita casa flor casa retiro casa polilla
casa ya basta.
Vamos).


Biblioteca es la palabra más bella
del mundo
las palabras hay que decirlas
para saber su belleza.


Los libros
han estado callados
a los libros no hay que leerlos para amarlos
los libros mis libros fueron columnas.
De ellos saltan cartas prehistóricas
dedicatorias también
caligrafías grabadas a fuego.
Toda caligrafía es de fuego.


Yo creía que había olvidado
uno siempre cree que olvida
uno nunca olvida.


Hay
copas de cristal
podría romperlas
una a una
hacer un concierto
que quedara flotando
aquí cuando me vaya.


Yo tengo una orilla
que me espera
las cosas que dejaré
serán la orilla de la que parto.


Ítaca de ida
Ítaca de llegada
corazón multiforme
elástico
mar.


Me voy.

Cinzia Ricciuti

martes, 24 de junio de 2014

El exilio desde adentro - Rubén Trujillo

Desde No Hay Fronteras, los invitamos a leer diversas opiniones de venezolanos acerca del exilio. En esta última entrada, damos la bienvenida a Rubén Trujillo, ingeniero residente en Caracas, quien nos ofrece su punto de vista acerca de la emigración.
 
«Creo que ya muchos emigramos, aún sin haber salido de Venezuela...»
 
 
Nombre: Rubén Trujillo
Edad: 30
Profesión: Ingeniero en Computación
Nivel de estudios: Universitario
Lugar de nacimiento: Caracas, Venezuela
País de residencia: Venezuela
 
¿Qué opinas acerca del fenómeno migratorio en Venezuela? 
¿La verdad? Creo que ya muchos emigramos, aún sin haber salido de Venezuela. Para mí una nacionalidad no es más que un conjunto de valores y conductas que tienen en común un grupo de personas, y en lo personal, siento que la Venezuela en la que muchos de nosotros crecimos y nos formamos cada día es más un recuerdo que una realidad. Siento que vivo en otro país que casualmente comparte el mismo espacio geográfico que la antigua Venezuela.  Tomar un avión hacia otro país solo es formalizar ese sentimiento.

¿Consideras que es beneficioso o perjudicial para el país?
Perjudicial. Venezuela, en este momento, tiene que construir una nueva generación que siga el trabajo de la anterior y, en realidad, no tengo mucha fe en la generación criada en la Venezuela de hoy. 

Durante los últimos 15 años, ¿has tenido que despedir a familiares y/o amigos que se han marchado de Venezuela?
Muchísimos.

¿Mantienes el contacto con ellos? ¿Qué opinas acerca de su decisión de emigrar?
Intento hacerlo, pero nunca es lo mismo. No es lo mismo hablar con una persona frente a frente que hacerlo vía Whatsapp o Skype. De por sí, nunca he sido de socializar por medios digitales, y eso ha hecho mi experiencia en este punto particularmente difícil.
Sobre su decisión de emigrar, los apoyo totalmente. Para empezar, Venezuela se encuentra en una situación en la que condiciones mínimas de vida como lo son la seguridad, la alimentación, el agua o la luz no están garantizadas para nadie. Pero aún si el país estuviera bien, y la gente no estuviera obligada a irse para buscar una vida mejor, creo que el hecho de nacer en un sitio no quiere decir que pertenezcas a ese sitio: la emigración es un fenómeno natural y cada persona debe tener la libertad de irse y establecerse en el lugar donde se sienta más a gusto. Y esto último va a todo nivel, desde razones sociales como la cultura y los valores de un país, hasta elementos sobre los que no tenemos ningún control como el clima o la topografía: que seas caraqueño no quiere decir que te guste vivir en un valle tropical.

¿Cómo está siendo la experiencia de vivir en Venezuela cuando una parte importante de la juventud desea irse del país?
Te sientes en otro país. Sobre todo porque parte de la identidad que uno tiene como venezolano ya no está en Venezuela; muchos de los valores con los que yo crecí y con los que me identifico, los encuentro más fácilmente en los venezolanos que emigraron o están por hacerlo que en el venezolano que uno encuentra en la calle en estos días.

¿Te plantearías irte de Venezuela?
Ya estoy trabajando en eso.

¿Crees que la idea de emigrar y elaborar un plan migratorio resulta fácil encontrándote en Venezuela? 
No. Y cada día que pasa es más difícil, pues se cierran más puertas. Para dar un ejemplo rápido: no es posible que sea tan complicado encontrar fechas para presentar un IELTS (examen de inglés) en Venezuela  —una prueba que exigen en casi todo el mundo— cuando en Colombia, por mencionar otro país, es tan sencillo como inscribirte online y escoger la fecha que más te convenga. Y como ese ejemplo tengo muchos más: demoras en trámites de documentos, boletos aéreos, nuevos visados que antes no eran exigidos, etc.

¿Vives con cierta frustración la actual situación venezolana? ¿Sientes impotencia y ganas de hacer algo por el país?
¿Cómo no sentir frustración? De nuevo, no es justo para nadie verse obligado a emigrar para encontrar las condiciones mínimas de vida que aquí no son posibles.
Sobre ayudar al país, considero que todos tenemos ganas de hacer algo por él; sin embargo, me parece que se puede hacer más por Venezuela desde afuera que desde adentro. Desde afuera, por lo menos, puedes ayudar a tu familia enviando productos de primera necesidad (aceite, harina PAN o café). Adentro, tan solo eres una persona más sufriendo los mismos problemas que el resto de los venezolanos.

¿Hubieses pensado verte en esta situación hace algunos años?
Esto se veía venir desde hace mucho tiempo y estaba seguro que este momento llegaría. Es la velocidad con la que ha pasado la que me sorprende.

Por último, un mensaje dirigido a los venezolanos que han emigrado:
Como dice una canción por ahí: «Mi patria en mis zapatos, mis manos son mi ejército».-

martes, 17 de junio de 2014

[Testimonios] Venezolanos en el exterior - Kimberly Lorenzo

En esta entrega, le damos la bienvenida a Kimberly Lorenzo, Comunicadora Social residente en Barcelona, España, quien nos da a conocer su experiencia en como emigrante.
 
«Emigrar es una salida, pero no una salida fácil; no es la solución a tus problemas, es cambiar los problemas que tienes en Venezuela por otros con los que sí estés dispuesto a lidiar...»
 

Montjüic

 
Nombre: Kimberly Lorenzo
Edad: 28
Profesión: Comunicadora Social
Nivel de estudios: Universitario / Máster en Comunicación
Lugar de nacimiento: Caracas
País de residencia: España
 
¿Cómo nace la idea de emigrar?
Fundamentalmente lo que me impulsó a emigrar fue la inseguridad en Venezuela, sumado a la crisis que se manifiesta en todos los escenarios y estados de la vida diaria de sus ciudadanos. Pensé que si no me iba en ese momento y me arriesgaba (salí de Venezuela a los 25 años), después posiblemente sería muy tarde para probar suerte fuera del país ya que quizás tendría otras responsabilidades y cargas económicas que me lo impedirían o lo harían más difícil.

¿Trabajabas en el momento de tomar la decisión de marcharte?
Sí, trabajaba en el departamento de Marketing y Comunicación de KPMG en Venezuela.

¿Te costaba encontrar trabajo en tu área? ¿Eran buenas las condiciones económicas?
No, no me costaba encontrar trabajo en mi área profesional, pero la remuneración económica era muy baja.

¿Cómo está siendo la experiencia de vivir y trabajar fuera de Venezuela?
Bastante bien, no puedo quejarme. He tenido la fortuna de encontrar trabajo en mi área profesional (trabajo en gestión de publicidad online) tan sólo dos semanas después de haber llegado a Barcelona y casi tres años después, aún trabajo en la misma empresa. He tenido la oportunidad de crecer en la empresa y aprender muchísimo.

¿Consideras que las condiciones, tanto laborales como sociales,  son mejores en tu actual lugar de residencia?
Sí, totalmente. En Venezuela estaría aún viviendo con mis padres porque mi sueldo no me permitiría independizarme económicamente, cosa que sí logré hacer aquí. Sin embargo, creo que en Venezuela hay más beneficios laborales desde el punto de vista de ciertos bonos y remuneraciones extras que las empresas están obligadas a pagar a sus empleados, se protege más al trabajador, es más difícil despedirlo, cuesta más; pero los sueldos acá son más acordes con el costo de la vida.

¿Echas de menos Venezuela? Si es así, ¿qué es lo que más añoras?
Por supuesto: Echo de menos a mi familia, mis amigos de la infancia, lamento no poder ver crecer a mis sobrinos, extraño el clima, la comida, el calor humano y los recuerdos que tengo del país que conocí de niña; pero no echo de menos lo que es Venezuela actualmente, mucho de lo que extraño de mi país ya no existe o se ha diluido.

¿Qué es lo que más te gusta de tu actual lugar de residencia?
Barcelona es una ciudad vibrante, cosmopolita, hermosa, hay de todo para hacer, conoces gente maravillosa (de todas las culturas, colores y formas de pensar) y lo mejor de todo, es que me siento segura.

¿Y lo que menos te gusta?
La aversión que existe entre comunidades autónomas. Y que mis seres queridos no viven acá.

Si las cosas estuvieran mejor ¿te plantearías volver a Venezuela?
Tendrían que mejorar demasiado para volver. De ser así, desde luego que me regresaría.

¿Consideras positiva tu experiencia actual?
Totalmente, estoy muy satisfecha con mi decisión y los frutos que he obtenido.

¿Vives con cierta frustración la actual situación venezolana? ¿Sientes impotencia y ganas de hacer algo por Venezuela desde tu actual residencia?
Sí, por supuesto. Ya sentía impotencia por la situación cuando vivía allá, por muchos años me involucré en trabajo social con las comunidades, en actividades políticas… y sin ver resultados.

¿Hubieses pensado verte en esta situación hace algunos años?
Hace 10 años no, siempre pensé que quizás iría afuera a estudiar, pero nunca que me iría a vivir fuera del país. Tenía fe en que con trabajo y dedicación, podríamos sacar adelante a Venezuela. La idea de emigrar me surgió hace unos 6 años, y hace 3 que me fui.

Por último, un mensaje dirigido a quienes están pensando en la posibilidad de emigrar
Les diría que emigrar es duro, y que no es para todo el mundo. Emigrar es una salida, pero no una salida fácil; no es la solución a tus problemas, es cambiar los problemas que tienes en Venezuela por otros con los que sí estés dispuesto a lidiar. Creo que emigrar no es la opción correcta ni la incorrecta, que será la mejor decisión o no en función de la personalidad, los valores y los objetivos personales de cada quien. Sin embargo, soy de las que piensa que hay momentos en la vida en los que hay que arriesgarse, probar cosas nuevas, dejar el status quo de la zona de confort que representa lo conocido. Siempre puedes volver a tu tierra si no te va bien, pero jamás sabrás qué habría pasado si te hubieses arriesgado, si no lo intentas. En mi experiencia personal, emigrar ha sido lo más difícil que he hecho, pero ha sido la aventura más emocionante y enriquecedora de toda mi vida, no me arrepiento de nada.-

martes, 10 de junio de 2014

El exilio desde adentro - Angelo De Dominicis

En esta nueva entrada de No Hay Fronteras, os damos a conocer el testimonio de Angelo De Dominicis, quien reside en Caracas y nos da su opinión acerca del exilio.

«El que emigra es libre, merece reconocimiento...»

Nombre: Angelo
Edad: 28
Nivel de estudios: Universitario
Lugar de nacimiento: Caracas
País de residencia: Venezuela

¿Qué opinas acerca del fenómeno migratorio en Venezuela? 
Es uno de los atípicos. Generalmente el emigrante suele buscar otros destinos por no poder subir los estándares de vida dentro de su país. El emigrante suele tener una formación académica o profesional baja o inexistente y sus primeros contactos laborales con la nueva sociedad se limitan a trabajos manuales de baja remuneración.
El emigrante venezolano es el ingeniero con postgrados, el abogado, el médico. Estadísticamente más del 50% de los emigrantes recientes en Venezuela poseen algún tipo de titulación universitaria. Somos uno de los pocos países que exporta su masa pensante en tales proporciones.
 
¿Consideras que es beneficioso o perjudicial para el país?
Es terrible, cada día que pasa el país se descapitaliza. Con cada profesional que se va, la calidad de vida de quienes quedan disminuye.
 
Durante los últimos 15 años, ¿has tenido que despedir a familiares y/o amigos que se han marchado de Venezuela?
Varios. Es la norma.
 
¿Mantienes el contacto con ellos? ¿Qué opinas acerca de su decisión de emigrar?
Suelo mantener contacto y aplaudo su decisión. Es tremendamente difícil pedirle a alguien de mi generación, que solo ha vivido la desgracia del modelo socialista, que no busque otros horizontes.  Yo lo he notado en mi mismo, este ambiente coarta el desarrollo de ideas. Todos los días te topas con “no se puede”, “no hay”, “No. No. No.”. Terminas moldeando tu visión de las cosas en términos negativos y crees en la imposibilidad de absolutamente todas las cosas buenas. Incluso, llegas a temer irte a un sitio nuevo porque puede ser “peor”. El que emigra es libre, merece reconocimiento.
 
¿Cómo está siendo la experiencia de vivir en Venezuela cuando una parte importante de la juventud desea irse del país?
En cualquier reunión, el “¿Y tú cuándo te vas?” es la norma. Nadie habla de proyectos futuros acá, nadie tiene esperanzas.
Es de las cosas más grises y desesperantes que he vivido. Ya vemos como natural la inminente pérdida de amistades, familia. Ya es normal pensar que nuestros seres queridos se van mañana a otro lado y solo Skype nos contará de ellos.
 
¿Te plantearías irte de Venezuela?
Es una decisión tomada desde hace al menos 5 años. No he podido hacerlo en una mezcla de temor y falta de recursos. Aunque creo que lo segundo no es una excusa razonable.
 
¿Crees que la idea de emigrar y elaborar un plan migratorio resulta fácil encontrándote en Venezuela? 
Es todo un ejercicio de equilibrismo. Yo me encuentro haciendo tales planes justo ahora con mi prometida, pues nos vamos juntos. El problema fundamental es el ambiente cambiante, las sorpresas económicas. Es realmente difícil o imposible estimar cómo será todo a la hora de partir. Sumar a eso que los ingresos se vaporizan por la inflación y es imposible ahorrar. Incluso ya se están cerrando las puertas, las aerolíneas se están fugando a raudales. Venezuela va camino a un bloqueo aéreo que puede concretarse en menos de un año y eso puede dejarnos atrapados aquí. Como verás, es estresante al extremo.
En este caso, ella y yo manejamos dos posibles destinos: Colombia por su cercanía (u otro país de la región, no alineado con la locura) y otro en Europa. Yo particularmente trato de recopilar buena información sobre ambos, pero me asusta la relación flujo de caja / tiempo / disponibilidad de medios de transporte. Como si corriéramos mientras el puente se cae atrás.
Otra cuestión adicional: Me ha costado enfocar mis energías en un solo destino, precisamente por esta carencia de estabilidad.
 
¿Vives con cierta frustración la actual situación venezolana? ¿Sientes impotencia y ganas de hacer algo por el país?
Siento ganas de hacer algo por mí mismo. Ya he pasado 8 años haciendo cosas por el país y el momento de detener todo eso y ocuparme de mí ha llegado. Cuando uno se detiene a pensar que ha desperdiciado sus veintes en una sociedad fallida, siente la necesidad de no repetir el error y mirar a otro lado.
Más que frustración, es una ira inmensa. Venezuela me ha puesto un carbón caliente en las manos.
 
¿Hubieses pensado verte en esta situación hace algunos años?
No a un nivel tan fuerte. Lo que se decía de “ponerse las alpargatas que viene joropo” (refrán venezolano) era totalmente cierto. El joropo está aquí y es aún peor de lo que pudo haber pronosticado la gente en el pasado.
 
Por último, un mensaje dirigido a los venezolanos que han emigrado:
Vivan sus vidas a plenitud. El recurso más valioso del hombre es su tiempo. Nadie más que el hombre mismo debe decidir en qué empresa debe cultivar ese tiempo. Algunos ya perdimos al menos 10 años de nuestras vidas acá; también perdimos oportunidades y momentos felices por una lucha inútil, una lucha de otros.
Las luchas son personales, no colectivas. Y no hay ideal que merezca dar la vida en sacrificio.-

martes, 3 de junio de 2014

[Testimonios] Venezolanos en el exterior - Arantxa Sarrá

En No hay fronteras, continuamos con los testimonios de venezolanos radicados en el exterior. Hoy es el turno de Arantxa Sarrá, abogada venezolana residente en Barcelona, España.
 
 
«...Extraño mucho el calor humano, la facilidad de contacto con las personas, las relaciones diarias en la calle y el apoyo del venezolano, que no se puede comparar con ninguna otra nacionalidad».
 
 

La Creu Alta, Parque Cataluña - Sabadell.
 
 
 
Nombre:  Arantxa Sarrá
Edad: 32
Profesión:  Asistente administrativo
Nivel de estudios: Postgrado 
Lugar de nacimiento: Caracas, Venezuela
País de residencia: España
 
¿Cómo nace la idea de emigrar?
Ya había hecho viajes familiares en navidades por tener familia en España, pero después de terminar la carrera me planteé hacer un viaje en otros términos (de estudios) y aprovechar el tiempo para analizar el estilo y calidad de vida en este país. Después de haber estado un año, al regresar a Caracas, me robaron a 10 metros de la entrada del edificio en el que vivía y con esto terminé de confirmar mi decisión de emigrar. La inseguridad fue la razón principal de esta decisión.
 
¿Trabajabas en el momento de tomar la decisión de marcharte?
Sí, estaba en una buena posición laboral.
 
¿Te costaba encontrar trabajo en tu área? ¿Eran buenas las condiciones económicas?
No tuve muchos inconvenientes para conseguir trabajar como abogado. Tuve la oportunidad de trabajar en una compañía multinacional cuando regresé para vender todo, apartamento incluido. Pero las condiciones económicas no eran favorables si tenía en mente comprar un apartamento o invertir en el apartamento en el cual vivía y mucho menos si tenía en mente vivir en pareja, ya que la inflación no colaboraba con la situación en el 2009-2010.
 
¿Cómo está siendo la experiencia de vivir y trabajar fuera de Venezuela?
Ha sido difícil en términos de buscar trabajo, ya que la situación económica tal y como se conoce de España no es la mejor, pero he tenido la oportunidad de trabajar como asistente contable y legal en una empresa inglesa en Barcelona y con proyectos en mente. Del resto, la experiencia fue y sigue siendo excelente, hay un buen ambiente social, he conocido a muchas personas que han sido de apoyo y no me arrepiento de la decisión tomada. 
 
¿Consideras que las condiciones, tanto laborales como sociales,  son mejores en tu actual lugar de residencia?
De cierta manera pienso que sí, aquí hay una mejor separación de las profesiones, son más valoradas, tanto si se trabaja en un restaurante de comida rápida como en una empresa corporativa, hay mucha presión para hacer bien los trabajos. Hay de todo, como en todas partes, pero en líneas generales, al hacer una comparación actual, las condiciones son mejores.
 
¿Echas de menos Venezuela? Si es así, ¿qué es lo que más añoras?
A veces sí, la extraño, extraño mucho el calor humano, la facilidad de contacto con las personas, las relaciones diarias en la calle y el apoyo del venezolano, que no se puede comparar con ninguna otra nacionalidad, esa chispa y calor venezolanos.
 
¿Qué es lo que más te gusta de tu actual lugar de residencia?
La seguridad que hay, que está toda mi familia en una sola ciudad y que después de estar aquí ya después de casi 3 años, me siento a gusto con la forma de vida. Además, que no me falta ninguna necesidad básica.
 
¿Y lo que menos te gusta?
Falta el verde de las calles de Caracas y su clima, ya que, cuando es verano aquí, el calor es muy seco y se hace insoportable.
 
Si las cosas estuvieran mejor ¿te plantearías volver a Venezuela?
Me gustaría poder volver, pero al ver el escenario actual, dudo mucho que a corto o mediano plazo pueda mejorar al nivel de regresar. Tengo intenciones de tener hijos y me gustaría enseñarles el hermoso país que es Venezuela, pero no veo que mejore para volver y continuar mi vida en ella. Sin embargo, no descarto poder volver de visita.
 
¿Consideras positiva tu experiencia actual?
Sí, no me arrepiento de ello. Estoy con mi familia y tengo una mejor calidad de vida.
 
¿Vives con cierta frustración la actual situación venezolana? ¿Sientes impotencia y ganas de hacer algo por Venezuela desde tu actual residencia?
Es muy difícil ver como está la situación en Venezuela y no poder hacer nada, de igual manera estando allá quizá uno tiene la sensación de poder hacer algo en unión con más amigos, compañeros y ciudadanos, pero la espera sigue siendo igual y la impotencia está ahí siempre. Como también está la voluntad de querer hacer algo, si hubiera alguna posibilidad de brindar ayuda, lo haría sin dudarlo.
 
¿Hubieses pensado verte en esta situación hace algunos años?
De cierta manera quería viajar, pero no para quedarme indefinidamente en otro país, como ahora. No lo había pensado.
 
Por último, un mensaje dirigido a quienes están pensando en la posibilidad de emigrar:
Emigrar es muy difícil, es algo que se sabe, pero hasta que no se hace, no se viven tantos sentimientos de impotencia, frustración, tristeza al dejar a tu gente atrás y comenzar de cero. No es fácil. Actualmente no es que motive a la gente a irse, pero el futuro en Venezuela está borroso y es incierto lo que pueda ocurrir.
Si hay personas que pueden irse, que tengan otra nacionalidad, algunos recursos y apoyos familiares afuera, es bueno tenerlo como opción y probar otras posibilidades, creo que es algo que debe hacerse.
De esta manera se ve todo desde otra perspectiva y se analizan mejor los escenarios de cara al futuro.-