martes, 24 de junio de 2014

El exilio desde adentro - Rubén Trujillo

Desde No Hay Fronteras, los invitamos a leer diversas opiniones de venezolanos acerca del exilio. En esta última entrada, damos la bienvenida a Rubén Trujillo, ingeniero residente en Caracas, quien nos ofrece su punto de vista acerca de la emigración.
 
«Creo que ya muchos emigramos, aún sin haber salido de Venezuela...»
 
 
Nombre: Rubén Trujillo
Edad: 30
Profesión: Ingeniero en Computación
Nivel de estudios: Universitario
Lugar de nacimiento: Caracas, Venezuela
País de residencia: Venezuela
 
¿Qué opinas acerca del fenómeno migratorio en Venezuela? 
¿La verdad? Creo que ya muchos emigramos, aún sin haber salido de Venezuela. Para mí una nacionalidad no es más que un conjunto de valores y conductas que tienen en común un grupo de personas, y en lo personal, siento que la Venezuela en la que muchos de nosotros crecimos y nos formamos cada día es más un recuerdo que una realidad. Siento que vivo en otro país que casualmente comparte el mismo espacio geográfico que la antigua Venezuela.  Tomar un avión hacia otro país solo es formalizar ese sentimiento.

¿Consideras que es beneficioso o perjudicial para el país?
Perjudicial. Venezuela, en este momento, tiene que construir una nueva generación que siga el trabajo de la anterior y, en realidad, no tengo mucha fe en la generación criada en la Venezuela de hoy. 

Durante los últimos 15 años, ¿has tenido que despedir a familiares y/o amigos que se han marchado de Venezuela?
Muchísimos.

¿Mantienes el contacto con ellos? ¿Qué opinas acerca de su decisión de emigrar?
Intento hacerlo, pero nunca es lo mismo. No es lo mismo hablar con una persona frente a frente que hacerlo vía Whatsapp o Skype. De por sí, nunca he sido de socializar por medios digitales, y eso ha hecho mi experiencia en este punto particularmente difícil.
Sobre su decisión de emigrar, los apoyo totalmente. Para empezar, Venezuela se encuentra en una situación en la que condiciones mínimas de vida como lo son la seguridad, la alimentación, el agua o la luz no están garantizadas para nadie. Pero aún si el país estuviera bien, y la gente no estuviera obligada a irse para buscar una vida mejor, creo que el hecho de nacer en un sitio no quiere decir que pertenezcas a ese sitio: la emigración es un fenómeno natural y cada persona debe tener la libertad de irse y establecerse en el lugar donde se sienta más a gusto. Y esto último va a todo nivel, desde razones sociales como la cultura y los valores de un país, hasta elementos sobre los que no tenemos ningún control como el clima o la topografía: que seas caraqueño no quiere decir que te guste vivir en un valle tropical.

¿Cómo está siendo la experiencia de vivir en Venezuela cuando una parte importante de la juventud desea irse del país?
Te sientes en otro país. Sobre todo porque parte de la identidad que uno tiene como venezolano ya no está en Venezuela; muchos de los valores con los que yo crecí y con los que me identifico, los encuentro más fácilmente en los venezolanos que emigraron o están por hacerlo que en el venezolano que uno encuentra en la calle en estos días.

¿Te plantearías irte de Venezuela?
Ya estoy trabajando en eso.

¿Crees que la idea de emigrar y elaborar un plan migratorio resulta fácil encontrándote en Venezuela? 
No. Y cada día que pasa es más difícil, pues se cierran más puertas. Para dar un ejemplo rápido: no es posible que sea tan complicado encontrar fechas para presentar un IELTS (examen de inglés) en Venezuela  —una prueba que exigen en casi todo el mundo— cuando en Colombia, por mencionar otro país, es tan sencillo como inscribirte online y escoger la fecha que más te convenga. Y como ese ejemplo tengo muchos más: demoras en trámites de documentos, boletos aéreos, nuevos visados que antes no eran exigidos, etc.

¿Vives con cierta frustración la actual situación venezolana? ¿Sientes impotencia y ganas de hacer algo por el país?
¿Cómo no sentir frustración? De nuevo, no es justo para nadie verse obligado a emigrar para encontrar las condiciones mínimas de vida que aquí no son posibles.
Sobre ayudar al país, considero que todos tenemos ganas de hacer algo por él; sin embargo, me parece que se puede hacer más por Venezuela desde afuera que desde adentro. Desde afuera, por lo menos, puedes ayudar a tu familia enviando productos de primera necesidad (aceite, harina PAN o café). Adentro, tan solo eres una persona más sufriendo los mismos problemas que el resto de los venezolanos.

¿Hubieses pensado verte en esta situación hace algunos años?
Esto se veía venir desde hace mucho tiempo y estaba seguro que este momento llegaría. Es la velocidad con la que ha pasado la que me sorprende.

Por último, un mensaje dirigido a los venezolanos que han emigrado:
Como dice una canción por ahí: «Mi patria en mis zapatos, mis manos son mi ejército».-

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