jueves, 11 de septiembre de 2014

[Testimonios] Venezolanos en el exterior - Keyla Jaimes

Hoy he querido participar junto a todos aquellos que nos han acompañado en la sección "Venezolanos en el exterior" y "El exilio desde adentro", como narradores de sus vivencias y como lectores. Espero que disfruten de mi experiencia como emigrante venezolana radicada en Lugo, Galicia.

Nombre: Keyla Jaimes
Edad: 30 años
Profesión: Abogado
Nivel de estudios: Postgrado
Lugar de nacimiento: Caracas
País de residencia: Venezuela



«Mi deseo es que algún día, todos aquellos que nos hemos ido y aquellos que aún permanecen en Venezuela, podamos reconstruir las ruinas que quedaron de nuestro país y podamos verlo renacer,  juntos nuevamente.»


Fonte dos Ranchos.




Busto de Bolívar. Fonte dos Ranchos.

 
 
¿Cómo nace la idea de emigrar?
Una vez que me gradué y comencé a trabajar, el entorno que me rodeaba me estaba resultando hostil. El ambiente poco serio en los tribunales (salvo contadas excepciones), la falta de respeto dentro de los organismos públicos que frecuentaba, el desorden burocrático, la desinformación, la improvisación formaban parte de mi día a día. Por ende, me estaba sintiendo cansada, agotada de todo. Así que, transcurrido un tiempo y viendo que la situación no cambiaba, mi esposo (que trabajaba en un área totalmente diferente a la mía e, igualmente, estaba notando el deterioro del país en todos los sentidos) y yo nos detuvimos a reflexionar y decidimos: «Es hora de irse».

¿Trabajabas en el momento de tomar la decisión de marcharte?
Sí trabajaba. Tenía una cartera de clientes a quienes les dedicaba mi trabajo en el área de deberes formales empresariales.

¿Te costaba encontrar trabajo en tu área? ¿Eran buenas las condiciones económicas?
No me costaba encontrar trabajo, si bien es cierto que la ineficacia e inoperancia de los organismos públicos nos permitió a muchos adquirir experiencia, en muchos casos, a nivel "extremo": trabajar a deshoras; madrugar en los registros, ministerios, notarías; cargar encima miles de documentos por si se les ocurría añadir algún requisito más al trámite en el último minuto... y paro de contar. Desde luego que para el ciudadano de a pie, que tiene que trabajar, que no tiene tiempo que perder, los servicios de un abogado eran indispensables. Así que trabajo había y aunque las condiciones económicas no eran malas, tampoco daban para plantearse la idea de independizarse económicamente.

¿Cómo está siendo la experiencia de vivir y trabajar fuera de Venezuela?
Me siento agradecida. Aquí tenemos todo lo que jamás en la vida hubiéramos obtenido viviendo en Venezuela. Vivo sumamente tranquila, sin temores, sin paranoia. Eso no lo cambio por nada.

¿Consideras que las condiciones, tanto laborales como sociales, son mejores en tu actual lugar de residencia?
Muchísimo mejores. Contamos, además, con la suerte de vivir en una ciudad pequeña con una calidad de vida menos costosa que la existente en grandes ciudades. No nos falta nada, por fortuna.

¿Echas de menos Venezuela? Si es así, ¿qué es lo que más añoras?
Echo mucho de menos a los míos. Ha sido una de mis mayores debilidades como emigrante. También extraño muchas cosas: los plátanos maduros, los aguacates, los quesos, las areperas, el sushi, algunas frutas, la chicha de Parque Carabobo, las guacamayas que sobrevuelan los alrededores de la UCV, el Ávila rodeando a la ciudad...

¿Qué es lo que más te gusta de tu actual lugar de residencia?
La tranquilidad que impera. Cuando amanece con neblina espesa. El olor a pino que aparece y que perfuma al aire cuando se acerca el otoño. El otoño. Las castañas. El olor a leña de las calefacciones que hay alrededor. La comida (es una perdición). Lo bonito y arreglado que tienen todo. Lo mucho que conservan los sitios turísticos.

¿Y lo que menos te gusta?
Algunas personas tienen estrechez de miras. Es muy difícil introducir algo distinto en la cultura de aquí, ya que no son muy propensos al cambio, a lo diferente. Por otro lado, la inestabilidad del tiempo. Podemos pasar meses sin ver la luz del sol y eso, en ocasiones, nos afecta hasta el estado de ánimo.

Si las cosas estuvieran mejor ¿te plantearías volver a Venezuela?
No lo sé. He llegado a un punto en el que hasta no sé qué responder cuando me preguntan «¿Cuándo vuelves a visitarnos?». Eso resulta muy doloroso.

¿Consideras positiva tu experiencia actual?
Muy positiva. No me arrepiento de nada.

¿Vives con cierta frustración la actual situación venezolana? ¿Sientes impotencia y ganas de hacer algo por Venezuela desde tu actual residencia?
Si estuviera en mis manos, sacaría a los míos de allá. No sólo siento frustración, siento rabia y mucha vergüenza ajena. Me he topado con españoles que vivieron en Venezuela hace muchísimos años y que no han vuelto a pisarla. He encontrado en ellos un amor, un cariño y un aprecio aún mayores, me atrevo a decir, que muchos de los que nacieron allá y viven allá. Cuando leo las noticias, no puedo sentir otra cosa que decepción e impotencia.  

¿Hubieses pensado verte en esta situación hace algunos años?
Honestamente, no. Cuando estudiaba, me entusiasmaba la política, luchaba por mis convicciones, no dejaba de participar en manifestaciones ni en procesos electorales (inclusive aquí, no he dejado de ejercer mi derecho y deber de votar), estaba segura de que los jóvenes haríamos prevalecer los valores democráticos, que juntos podríamos vencer. Pero la realidad me avasalló y llegó un momento en el que me dije «es hora de pensar en mi futuro fuera de Venezuela».

Por último, un mensaje dirigido a quienes están pensando en la posibilidad de emigrar:
Hace poco, se marchó un gran amigo a otras latitudes. Alguien le escribió en las redes sociales «Don't look back» («No mires atrás»). De modo que ese es mi mensaje: No mires atrás. Si tu deseo es emprender un camino fuera del país que te vio nacer para lograr tu estabilidad, para mejorar tu calidad de vida, que nadie te detenga. Emigrar implica sacrificarse. Pero ese sacrificio, con mucha dedicación, paciencia y trabajo, obtendrá su recompensa. Mi deseo es que algún día, todos aquellos que nos hemos ido y aquellos que aún permanecen en Venezuela, podamos reconstruir las ruinas que quedaron de nuestro país y podamos verlo renacer, juntos nuevamente.-

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